BIODEGRADABLE Y COMPOSTABLE son términos para definir a todos aquellos materiales que, debido a su estructura molecular, pueden ser asimilados por los microorganismos presentes en el medioambiente. La mayor diferencia entre ellos radica en la intervención humana para controlar las condiciones de biodegradación con el fin de cumplir con una norma específica. Tambien si los materiales acaban o no valorizados en compost determina su clasificación.
Los polímeros BIODEGRADABLES se convierten en nutrientes o biomasa de manera natural en distintos entornos, como el suelo, agua, agua marina o digestión anaeróbica. Es un proceso más largo y gradual que no requiere de ninguna intervención humana que modifique las condiciones de biodegradación.
Los materiales COMPOSTABLES se transforman en fertilizante orgánico (compost) en las plantas de compostaje industriales, en contenedores de compostaje doméstico, o en la tierra, siempre bajo unas condiciones controladas de compostabilidad (tiempo, temperatura, humedad, microorganismos). De esta manera, los tiempos de degradación son más rápidos y el material se revaloriza como compost.
Todos los materiales compostables son biodegradables, pero un material biodegradable puede o no ser compostable.
Existen varias normas nacionales e internacionales para evaluar la compostabilidad, por ejemplo EN 13432: 2000 o ASTM D6400-12 para compost industrial y EN 17033 para acolchados agrícolas.
Los biopolímeros INZEA® son compostables bajo las normas EN 13432 y ASTM D6400-12.